Dificultades para los padres y madres de niños/as con ACI
Falta de comprensión por parte del entorno:
Los padres de niños con ACI suelen sentirse incomprendidos por la sociedad, incluida la escuela y a veces la familia extendida. A menudo, las altas capacidades intelectuales no son reconocidas o son malinterpretadas como “un niño que no tiene problemas”. Esto puede generar una sensación de aislamiento y de no saber cómo actuar frente a las necesidades específicas de sus hijos. La falta de formación y comprensión acerca de las ACI en el entorno educativo y social también puede dificultar la identificación de las necesidades del niño y el ajuste de las estrategias de apoyo.
Presión para cumplir expectativas altas:
Los padres de niños con ACI suelen enfrentarse a la presión de cumplir expectativas que, aunque no siempre explícitas, pueden ser culturales o familiares. Se espera que estos niños tengan siempre un alto rendimiento, lo que puede crear una tensión entre los padres y los hijos. Además, si el niño no se adapta bien a los estándares académicos, puede ser difícil para los padres gestionar las emociones de frustración y frustración.
Dificultades para encontrar apoyo adecuado:
Los padres suelen enfrentarse a dificultades a la hora de encontrar programas educativos adecuados para el desarrollo de sus hijos. Los sistemas escolares tradicionales, muchas veces, no cuentan con los recursos o la formación suficiente para abordar las necesidades específicas de los niños con ACI. Esto puede llevar a los padres a tener que buscar apoyo externo, como tutores especializados o programas de enriquecimiento, lo que implica esfuerzos adicionales tanto económicos como logísticos.
Preocupación por el bienestar emocional del niño:
Los padres también suelen estar muy preocupados por el bienestar emocional de sus hijos. Las altas capacidades pueden generar conflictos internos en el niño debido a la incomprensión de su entorno, el aislamiento social o la presión para cumplir con expectativas muy altas. Los padres pueden sentirse impotentes al no saber cómo ayudar a sus hijos a gestionar sus emociones o a superar el estrés relacionado con su perfeccionismo o ansiedad.
El miedo a que el niño no se desarrolle de manera equilibrada:
Muchos padres temen que sus hijos con ACI se conviertan en personas socialmente desajustadas o emocionalmente inestables debido a su elevado cociente intelectual. Esta preocupación se basa en la idea errónea de que, si no se gestionan adecuadamente, las altas capacidades pueden llevar a una vida desequilibrada, en la que el niño no sea capaz de relacionarse de manera sana con el resto de la sociedad.